Eran las 4:30 de la tarde cuando llegamos a Point Dume.

Luis me había estado contando durante todo el día que aquél lugar en Malibú era mágico y me encantarían las fotos, el punto es que él siempre me convence con “vas a tener fotos padrísimas”, entonces fuimos.

Llegamos y fue impactante ver como el cielo y la tierra se juntaban en ese lugar, el atardecer era completamente dorado, les prometo que tenía un color distinto. Empezamos a explorarlo, no estábamos hablando mucho porque ambos estábamos enamorados de ese momento.

Entonces comenzaron las fotos, “tú me haces unas y yo unas a ti”, le decía.

Hasta ese momento éramos solo los dos.

Después vimos pasar a una mujer con varias cámaras en las manos y fue ahí cuando me dice Luis: “Mira, ella puede hacernos unas, se ve que sabe”.

Le pedimos unas fotos y muy amable accedió. Al terminar esos 2 clicks, se fue. Minutos después pedí a Luis que posara para yo retratarlo y comenzó a hincarse y mientras enfocaba la toma, sacó una cajita azul con el anillo más lindo que en mi vida he visto.

La mujer que minutos antes había visto, es @balerinafilms, regresó y comenzó a capturar estas fotografías que están viendo. Luis la había contratado y yo sólo lo abrazaba y no hablé por 30 minutos. No lloré, sólo agradecí, eran las 5:30 pm.

Era tanto lo que sentía que no sabía que hacer con todo aquello. No me cabía el corazón y le marqué a mi alma gemela, mi hermana, luego a mis padres y fue en ese momento cuando me rompí, mis suegros, nuestros amigos más cercanos y de ahí en adelante a todos ustedes.

Ayer vi a Dios en los ojos de mi futuro esposo, lo vi en el mar, el sol y en todas partes. Lo veo y siento que ha sido muy bondadoso con nosotros. Hoy agradezco, porque hecho estába.